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Crónica subida final a Güejar-Sierra

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(15 noviembre 2015) Etapa final 43: (Granada) Pinos Genil - Güejar Sierra. 15 11

Epílogo:
No hay papelito manuscrito para la última etapa y llegada a Guejar Sierra.
Demasiadas emociones y eventos :


En Granada, encuentro a Alain y Catherine (mis amigos venidos de Francia para acompañar mi ascenso a Guejar Sierra) y Olivier Bretaudeau.
?Olivier? Ya saben, ese barbudo francés que caminó como yo al revés, encontrado en Mérida. Terminó su camino hacia su sueño, el extremo sur, Algesiras, al mismo tiempo que yo. Viene a unirse conmigo para terminar juntos entre los caminantes "al revés".

Me llaman por teléfono : un grupito de fieles me acompañan para el ascenso final al pueblo de los antepasados : Diego y su esposa Aida, desde la lejana Zafra; Isidro, Manolo, Paco, Pepe, de Córdoba; Paco de Guadix, Jorge de Almería (quien hizó la placa de cerámica, que aún no conozco), y otros que me siguieron en Facebook.


Los de Almería llevaran a Pilar Cheyrouse y su madre en Almería: una prima de 12 generaciones, descendiente del otro hermano que vino a  Güejar-Sierra
desde Albepierre (Cantal, Francia). Las había conocidas, a través de mi madre, hace 10 años en Almería.
Diego ha organizado un programa milimétrico para esta pequeña compañia.

Antes, tengo dos días para Granada, que ya visité antes, con Olivier Brteaudeau y buenas risas.

El viernes por la noche, estamos con Fernando Lillo  : un abogado raro, convertido en restaurador sin cocina, que tiene una "tienda cubana", donde no hay nada para vender, solo el sabor de los aceites que Frenando narra sabiamente.
Allí, Alain aprende que su madre tuvo un ataque al corazón: tienen que regresar apresuradamente a París.
Al mismo tiempo, Internet es un hervidero de un rumor terrible: en París, matanza está derramamiendo la sangre en terrazas de bares en el barrio de mi hijo, una carnicería occurre en el Bataclan, donde hicé tan a menudo bonitas fiestas.
Terrible.
Las fronteras parecen cerradas, Nathalie-Sancha mi esposa debe cancelar la sorpresa de su llegada.
¿Que hacer?
¿Cancelar todo?
Pero no: los bárbaros sangrientos no destruirán la vida, y no borraran la felicidad de la llegada al pueblo prometido.

El domingo, nos encontramos como previsto con los amigos que el camino me ofreció, y en serio y alegres, escalamos el camino de las 72 vueltas a Güejar-Sierra.


Allí, el todo el pueblo reunido nos espera en la plaza.

El alcalde y sus concejalas nos reciben con un emotivo minuto de silencio en solidaridad con París. Aquí estamos, Olivier y yo, como mensajeros de la paz.


Luego la inauguración de la placa conmemorativa de esta extraña migración de Auverños en Sierra Nevada siglo XVII. Pego la piedra de lava blanca de Albepierre que llevé durante estos 1250 o 1300 km en mi mochila. Entrego la carta del alcalde de Albepierre, y los dos alcaldes habalan por telefóno.

Pilar que es poeta dice un texto, Diego un discurso, y yo unas palabras al borde de llorar.

 Aquí estamos, felices y serios mensajeros de la memoria, celebrando a todos los emigrantes y exiliados que llegaron a poblar o huir de la montaña blanca.

Publicación Facebook

Publicado por Michel Cerdan en Lunes, 16 de noviembre de 2015

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